viernes, 27 de diciembre de 2013

Cuento: UN LUGAR MÁGICO. (Hecho por Ana Campos Jiménez)


Ana Campos Jiménez

Primaria 3 D

 

Un lugar mágico

 

Boni y Coda, eran dos grandes e inseparables amigos. El lugar en el que vivían era un lugar diferente, o al menos, eso les parecía  a ellos. Las calles eran muy anchas y la vegetación que inundaba ciertos lugares, desprendía un aroma fresco, puro y en ocasiones mágico, pero eso sólo la podían percibir unos pocos. Para poder disfrutar de la magia que en ocasiones recorría los diferentes espacios, sólo tenías que creer.

Coda decidió ir con Boni a mostrarle como poder ver la magia. Ésta había preparado una sorpresa para su amigo, bajo un lugar secreto, pero cuando llegaron, todo había desaparecido. Alguien había encontrado su lugar secreto y había robado los objetos que Coda tenía guardados para Boni. Sin esos objetos, él no podría creer y jamás podría ver la magia. Recorrieron los espacios de arriba a abajo, hasta que a lo lejos, pudieron divisar un pequeño zorrillo que se intentaba esconder detrás de un gran árbol. Coda salió corriendo y Boni la siguió detrás. Al llegar, pudieron ver que Lex,  el pequeño zorrillo, lloraba arrodillado con los objetos que había robado en la mano. Coda se acercó a él y poniéndole una mano en el hombro, le preguntó el motivo de su llanto. Éste, se quedo paralizado ante la presencia de  los muchachos y con la voz temblorosa dijo:

-Yo también quiero creer y ver la magia.

Coda se puso en pie, cogió los objetos y dijo a sus dos amigos que la acompañaran. Los tres caminaron durante un buen rato, hasta llegar a un lugar desconocido para ellos. Este lugar era diferente, era oscuro, había niebla y el frío podía atravesar las prendas de vestir de los tres. Coda sacó del bolsillo un objeto y les preguntó:

-¿Qué véis?

-Nada- dijeron los dos a la par.

-¿Seguro?- Dijo Coda

-Bueno, la verdad es que vemos algo feo, sucio y viejo- Dijo Lex riéndose.

Tanto Boni como Lex, se dieron cuenta de que algo iba mal. Querían saber, cómo podían ver la magia. Si Coda apreciaba tanto esos objetos era por algo, pero no entendían para que los quería.

-¿Coda podemos volver a intentarlo?- Dijo Boni.

Coda volvió a poner uno de los objetos en la mano de Boni y este por más  que lo miraba, no podía ver nada. Coda puso el segundo objeto en la mano de Boni. Tras un buen rato observándolo, Boni dio un salto y empezó a susurrar que lo veía. Veía un objeto que en su día fue precioso, podía ver como un niño pequeño jugaba con él, en este objeto había también mucha historia, podía ver como brillaba, como cada pieza que lo formaba relucía ante la luz del sol que de repente inundaba el oscuro lugar en el que estaban.

Coda miró a Boni y a Lex y les dijo que ese era el comienzo de ver la magia. La magia la podían ver cuando sólo veían lo positivo, lo bueno de las cosas. El lugar en el  que estaban ya no era un lugar oscuro, frío y con niebla, sino, un lugar maravilloso en el que los objetos y los vegetales brillaban con una luz especial, un lugar en el que la humedad daba un aroma diferente al espacio. Ahora todo había cambiado

Para ver la magia de la vida, primero hay que creer, creer en todo eso que creemos que no podemos hacer, que no podemos ser, creer en esas cosas que pensamos que no seremos capaces de lograr por muchos años que pasen, entonces, veremos la magia.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Navidad con Playmobil

http://youtu.be/HEzNwqXROdg

Parchís ortográfico

Hola de nuevo. Aquí os dejo un parchís ortográfico muy divertido.
Espero que lo disfrutéis.
Un abrazo

Ana

http://contenidos.educarex.es/mci/2007/29/

Ortografía

Hola chicos. Os dejo un enlace en el que podéis trabajar la ortografía de una manera divertida.
Espero que os guste.

Un abrazo

Ana


http://www.vedoque.com/juegos/ortografia-vedoque.swf?idioma=es

CUENTO DE NAVIDAD

CENA DE NAVIDAD

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa:

- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa.

La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados.

De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme?

Estoy embarazada y tengo mucha necesidad del trabajo.

- ¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita.

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta.

- Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina.

¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

- ¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así?

Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos.

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champán en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos cócteles.

Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús.

Era un niño harapiento de la calle.

- Señora, déme un plato de comida.

- ¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.

Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita.

Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los cócteles, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados.

A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró, con gran espanto frente a un ángel.

- ¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?

- No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo el ángel.

Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento.

Pero usted no fue capaz de reconocerlo y de acogerlo.

Cruzada de Navidad

¡Feliz Navidad!