Ana Campos Jiménez
Primaria 3 D
Un lugar mágico
Boni y Coda, eran dos grandes e inseparables amigos. El lugar en
el que vivían era un lugar
diferente, o al menos, eso les parecía a ellos. Las calles eran
muy anchas y la vegetación que inundaba
ciertos lugares, desprendía un aroma
fresco, puro y en ocasiones mágico, pero eso sólo la podían percibir unos pocos. Para poder disfrutar de la magia que en
ocasiones recorría los diferentes
espacios, sólo tenías que creer.
Coda decidió ir con Boni a
mostrarle como poder ver la magia. Ésta había preparado una
sorpresa para su amigo, bajo un lugar secreto, pero cuando llegaron, todo había desaparecido. Alguien había encontrado su lugar secreto y había robado los objetos que Coda tenía guardados para Boni. Sin esos
objetos, él no podría creer y jamás podría ver la magia. Recorrieron
los espacios de arriba a abajo, hasta que a lo lejos, pudieron divisar un pequeño zorrillo que se intentaba esconder
detrás de un gran árbol. Coda salió corriendo y Boni la siguió detrás. Al llegar, pudieron ver que Lex, el pequeño zorrillo, lloraba arrodillado con los objetos que había robado en la mano. Coda se acercó a él y poniéndole una mano en
el hombro, le preguntó el motivo de su
llanto. Éste, se quedo paralizado
ante la presencia de los muchachos y con
la voz temblorosa dijo:
-Yo también quiero creer y
ver la magia.
Coda se puso en pie, cogió los objetos y dijo a sus dos amigos que la acompañaran. Los tres caminaron durante un
buen rato, hasta llegar a un lugar desconocido para ellos. Este lugar era
diferente, era oscuro, había niebla y el frío podía atravesar las prendas de vestir de los tres. Coda sacó del bolsillo un objeto y les preguntó:
-¿Qué véis?
-Nada- dijeron los dos a la par.
-¿Seguro?- Dijo
Coda
-Bueno, la verdad es que vemos algo feo, sucio y viejo- Dijo Lex
riéndose.
Tanto Boni como Lex, se dieron cuenta de que algo iba mal. Querían saber, cómo podían ver la magia.
Si Coda apreciaba tanto esos objetos era por algo, pero no entendían para que los quería.
-¿Coda podemos volver
a intentarlo?- Dijo Boni.
Coda volvió a poner uno de
los objetos en la mano de Boni y este por más que lo miraba, no podía ver nada. Coda puso el segundo objeto
en la mano de Boni. Tras un buen rato observándolo, Boni dio un salto y empezó a susurrar que lo veía. Veía un objeto que
en su día fue precioso,
podía ver como un niño pequeño jugaba con él, en este objeto
había también mucha historia, podía ver como brillaba, como cada pieza
que lo formaba relucía ante la luz del
sol que de repente inundaba el oscuro lugar en el que estaban.
Coda miró a Boni y a Lex y
les dijo que ese era el comienzo de ver la magia. La magia la podían ver cuando sólo veían lo positivo, lo bueno de las cosas. El lugar en el que estaban ya no era un lugar oscuro, frío y con niebla, sino, un lugar
maravilloso en el que los objetos y los vegetales brillaban con una luz
especial, un lugar en el que la humedad daba un aroma diferente al espacio.
Ahora todo había cambiado
Para ver la magia de la vida, primero hay que creer, creer en todo
eso que creemos que no podemos hacer, que no podemos ser, creer en esas cosas
que pensamos que no seremos capaces de lograr por muchos años que pasen, entonces, veremos la
magia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario